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El compromiso social tiene la fuerza de alcanzar las metas que las instituciones no consiguen. Su papel coge forma cuando la ciudadanía toma conciencia sobre los problemas que afectan al conjunto. Es arma para erradicar lo inadmisible. Nace como medicina para aquello y aquellos que van en contra de la seguridad y la dignidad de las personas. Los malos tratos son uno de los grandes enemigos a abatir, puesto que su existencia atenta contra la sociedad y la legalidad provocando una estabilidad generalizada. Ahí es donde el compromiso social inicia su trabajo: hallar la solución final para cesar esta problemática.
La campaña #yomecomprometo, promovida por la Asociación Vínculos Infantiles de Alicante y Madrid Woman’s Week con el motivo del ‘Día Internacional Contra la Violencia de Género’, se suma a otros proyectos relacionados con la causa para denunciar el infierno que viven miles de mujeres. Y eliminarlo. ¿El factor innovador? El gran volumen de personajes relevantes del mundo del periodismo, el deporte, la televisión y las artes escénicas, la mayoría de rostros de la plantilla de Mediaset España para, según el director de comunicación, Rubén Ferrández, tener mayor presencia en los canales del grupo empresarial dando voz tanto al mensaje como a la campaña. Esta estrategia, acción-reacción, denota el trabajo de preproducción del proyecto, impoluto, siendo el tirón mediático de los famosos el pasaporte para el éxito de la campaña. Aquí entra en funcionamiento la teoría ‘del pez que se muerde la cola’: si el proyecto coge popularidad, llega a más ciudadanos para conseguir la intencionalidad visible de la campaña, de ahí la aparición de las 21 personas que participan en el vídeo.
El spot hace hincapié en la actuación del ciudadano para que denuncie los malos tratos que sufren las mujeres de su alrededor. “El mensaje es impersonal para que el espectador siente repulsión”, indicó Ferrández. Busca la reacción ciudadana, donde apela al compromiso social con el fin de hallar la efectividad de la campaña. La consecución de este propósito se alcanza con “frases que despiertan interés para enganchar desde el primer momento junto a los movimientos de cámara para crear angustia y ahogo”, subrayó Ángel Gómez, cineasta y director del proyecto.
Rubén Ferrández volvió el pasado 23 de noviembre a las aulas donde cimentó su presente. La Universidad Miguel Hernández acogió, pero en calidad de ponente, al joven periodista para presentar su trabajo, recién sacado del horno. “Me siento realizado”, confesó. Su destreza, palabrería y esfuerzo potencian el logro de sus metas. “Las ideas hay que trabajarlas” porque “antes de vender cualquier cosa hay que ver cómo hacerlo”. Estuvo acompañado por Gómez, quien permaneció en segundo plano cediendo parte de su protagonismo al hijo pródigo. Ferrández no lo rechazó.
El tándem periodismo y cine revaloriza la esencia propia de los dos oficios. Define el propósito y alcanza el objetivo. La maestría de uno y el arte del otro fortalecen los pilares del trabajo encomendado, materializando la idea. Las palabras, el movimiento de cámaras, el enfoque, la interpretación, la contundencia, la seriedad… juegan un papel importante en el spot contribuyendo a que el espectador perciba el mensaje. Apuesta por la idiosincrasia del cine de terror. En los segundos finales, donde aparece la imagen en color, se tiende la mano a las víctimas de los malos tratos.
La campaña llegará a su fin el 8 de marzo, el ‘Día Internacional de la Mujer’, hasta la fecha Ferrández&cia recorrerán los kilómetros necesarios para conquistar el triunfo de su saber hacer. De aquí a allí es el itinerario de sus nuevos días. Luchan por una causa que afecta al conjunto de la sociedad y la esperada meta les abrirá las puertas donde se encuentran los soñadores que consiguieron sus ideas.